La relación de STADLER con J&B Recycling comenzó en 2008, cuando ésta última diseñó su planta de reciclaje de residuos mixtos secos en Hartlepool (Reino Unido). Desde entonces, continúa a su lado para ayudar a la empresa en un proceso de mejora continua de la planta.
«Mejoramos la planta continuamente con el objetivo de producir material de la mejor calidad posible», afirma Matt Tyrie, director de operaciones de J&M Recycling.
Un diseño flexible para conseguir tasas de pureza sistemáticamente altas
La composición y la densidad de los residuos reciclables secos evolucionan continuamente. «Con los años, la cantidad de cartón ha aumentado significativamente», señala Benjamin Eule, director de STADLER UK Ltd. «Las plantas de clasificación reciben grandes volúmenes de embalajes generados por el crecimiento de la compra y las entregas de compras online. Otro cambio que está teniendo repercusiones es la transición a técnicas de impresión distintas en las revistas, que dificulta la separación de la tinta de la fibra. Los envases de plástico también están cambiando hacia productos multicapa, y las botellas con distintos tipos de etiquetas hacen que la detección resulte más complicada. Los metales también han evolucionado desde que se diseñó la planta en 2008, pasando del aluminio al metal ferrico en los envases de bebidas, y se ha producido un importante aumento de los volúmenes de las cápsulas de café que contienen aluminio».
Por ello, las plantas de clasificación deben ser capaces de procesar múltiples materiales de forma flexible, logrando las tasas de alta pureza que exige la industria del reciclaje. El diseño de las plantas también requiere flexibilidad para dar cabida a mejoras y modificaciones ulteriores, con el objeto de cumplir los requisitos y exigencias cambiantes.
A la hora de diseñar la planta de clasificación, STADLER adoptó su enfoque exclusivo y aprovechó sus profundos conocimientos sobre la forma en que la composición de los residuos afecta al proceso de clasificación. Benjamin Eule explica: «La planta de J&B Recycling se diseñó originalmente para procesar 12 toneladas/hora, con tambores tamizadores, cintas transportadoras y separación balística para la preclasificación mecánica y la preparación del flujo de materiales para un tratamiento posterior eficaz. Las cintas transportadoras permiten enviar el material de forma eficiente al siguiente proceso de clasificación, y las cintas de almacenamiento retienen el producto antes de ser enfardado».
En 2017, J&B Recycling y STADLER trabajaron juntas en un concepto para separar el papel y el aluminio. Para separar el papel, el equipo de STADLER añadió al proceso un separador óptico TOMRA AUTOSORT® en la línea de la fracción de planares con el objetivo de recuperar un alto porcentaje del papel con menos contaminantes, además de una cabina de control de calidad para garantizar la alta pureza. Para separar el aluminio, se instaló el separador de inducción destinado a recuperar material no ferroso de la línea de la fracción de planares 2D.
Desde entonces, se han llevado a cabo otras 6 mejoras para optimizar la planta y cumplir las demandas del mercado en evolución. La última mejora tenía por objeto lograr una pureza aún mayor del papel e incrementar la capacidad, que alcanza ahora las 15 toneladas por hora.
Benjamin Eule explica: «Instalamos otro clasificador óptico, la AUTOSORT® más moderna, para separar el plástico film, las botellas de plástico y el cartón de la fracción PAMS para conseguir papel con una pureza del 95 %. Recirculamos los materiales que separamos en la planta para reprocesarlos en sus respectivos flujos, incrementando así la tasa de recuperación de la planta».
La última mejora se llevó a cabo en marzo de 2022 a entera satisfacción de J&B Recycling: «La mejora ha cumplido los objetivos fijados, es decir, mejorar la calidad, reducir los costes de mano de obra y aumentar la producción», señala Matt Tyrie. «Hemos aumentado la calidad de nuestra mezcla seca añadiendo un sistema de detección de objetos mediante láser (LOD) al separador óptico AUTOSORT® y así reducir aún más la contaminación de fibra. Esta tecnología permite que cada turno funcione con menos personal, además de aumentar la producción, ya que la calidad del residuo mixto seco era un cuello de botella en la planta».
«Durante todos los años que llevamos trabajando con STADLER, siempre destaca la calidad de sus productos y su capacidad para cumplir los plazos en la instalación. Apreciamos realmente la excelente planificación de los proyectos y su capacidad para convertir las ideas y los diseños en realidad», concluye Matt Tyrie.
El proceso: producción de alta pureza en cualquier circunstancia
Un tambor dosificador alimenta el proceso con el material, que pasa a una plataforma de preclasificación para la separación manual de embalajes de cartón corrugado y plástico film grande. Un trómel de criba de STADLER separa el material restante en tres fracciones: materiales finos, medianos y de gran tamaño. Los materiales de gran tamaño, superiores a 170 mm, pasan a la cabina de control de calidad y al separador óptico AUTOSORT® para separar el papel, el cartón y el plástico, y producir una fracción de PAMS (periódicos y revistas). Los materiales medianos, inferiores a 170 mm, se separan en materiales finos, 2D y 3D con el separador balístico STADLER STT2000. La fracción de planares 2D se procesa a través de separadores de inducción y al separador óptico AUTOSORT® antes del último control de calidad para producir dos flujos: la fracción de papel mixto y las fracciones férrica y no férrica. Las fracciones de rodantes 3D siguen un proceso similar, que comienza con un separador magnético para producir las fracciones de plástico mixto, PEAD y PET. Las fracciones de finos se procesan para eliminar los contaminantes y generar un producto de vidrio. Todas las fracciones finales, a excepción del vidrio, se enfardan y se venden.